La incursión de la tecnología en el punto de venta no sólo ha
transformado la manera en que se realizan pagos, ni únicamente ha cambiado el
camino a la compra mediante la inclusión de dispositivos móviles que permiten
comparar precios entre más de dos cadenas de retail estando frente al anaquel
sino que también permite convertir el transporte público o un mupi en una
tienda en la que se puede adquirir productos, es decir, tiendas virtuales que
son más ingeniosas que una pop-up store.
Más allá de los puntos de venta tradicionales en el anaquel, a
partir del 2006 se dio una explosión de las pop-up
stores que
en Europa estaban causando sensación entre los shoppers. La implementación de
una de estas tiendas emergentes y efímeras resultó una estrategia de marketing
que llegaría para quedarse en el mundo.
Aproximadamente 5 años después, surgió una idea que rompió
esquemas y cuya creatividad la hizo acreedora a reconocimiento en el Festival
Cannes Lions 2011, el más importante en lo que se refiere a
creatividad en mercadotecnia. Se trata de una estrategia below the line que se
originó en Corea del Sur, cuando Tesco, una de las cadenas de retail más
importantes en Asia, innovaba al llevar el supermercado hasta el metro, pues en
los vagones colocó grandes pósteres con productos que simulaban un anaquel con
variedad de productos, los cuales podían ser comprados por los viajeros a
través de un código QR y
enviar el pedido hasta su domicilio. A partir de ahí esta idea se replicó en
Europa y otras regiones del mundo, por lo que a continuación se presentan.
A todo esto, cabe señalar que esta disciplina del below the line es una de las cinco que más inversión
conlleva con el 14.5% del total, que es igual a 6 mil 525 millones de pesos,
durante el 2014.


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